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El comercio electrónico en la pandemia
Con información de la Universitat Oberta de Catalunya, UOC
Miércoles-01-Julio-2020
El confinamiento trajo consigo un nuevo orden en las actividades comerciales, que está impactando positivamente en el comercio electrónico a escala mundial.
El actual 2020 será un año de gran retroceso en los índices de desempeño económico, debido a la pandemia y al confinamiento decretado en varios países del mundo como medida para frenar el contagio. Aun así, en medio de la recesión, el comercio electrónico parece vivir su momento cumbre. Según Inma Rodríguez, profesora de Economía y Empresa y experta en comercio electrónico, esto es resultado de los cambios que las nuevas normativas imponen en las actividades de distribución comercial. Estos cambios, efectivamente, impactan de manera positiva en el comercio a través de plataformas digitales.
Un estudio realizado por Kantar World Panel indica que el comercio electrónico había crecido a tasas de tres dígitos en América Latina desde 2018. Sin embargo, durante el confinamiento se ha producido un aumento de 26% en las compras en línea en esta región del planeta, y en países como México y Colombia el gasto de bienes de consumo tuvo un incremento de hasta 20%. Para Inma Rodríguez, esto se debe a que el perfil del cliente actual está cambiando ligeramente: “Se está ampliando, están entrando personas que quizás no lo habían probado nunca, o que adquirían productos en el comercio electrónico con poca frecuencia”.
Según la docente, las limitaciones de las personas para moverse o para encontrar productos durante el confinamiento en cada ciudad facilitan que esos consumidores estén incorporándose y recurran al comercio electrónico. “En principio, es positivo. Es una lección positiva que podemos extraer de una situación que en sí misma es terrible y tiene repercusiones muy fuertes de carácter negativo para las empresas”, puntualiza Rodríguez.
En cualquier caso, la crisis generada por el Covid-19 ha causado modificaciones importantes en la forma como los ciudadanos adquirimos los productos. Por un lado, cambió los establecimientos en donde hacemos nuestras compras. Por otro, generó un escenario en el que los consumidores pueden percibir el potencial del comercio electrónico.
“El principal reto que enfrentan las empresas es no dar la calidad de servicio que los consumidores desearían recibir y las propias compañías desearían proporcionar”, añade Rodríguez. Las empresas deben reorganizar su capital humano y la gestión de sus recursos para que los periodos de entrega no se vean afectados por el crecimiento del comercio electrónico. Según indica la experta, en ello influye el grado de preparación de las empresas —sean grandes, medianas o pequeñas— para hacer este tipo de actividades, pues sus recursos y capacidades condicionan su grado de preparación para afrontar cualquier cambio o innovación que deban introducir. “Sin embargo, hay excepciones; hay empresas pequeñas que precisamente por su tamaño son muy flexibles, y poseen una gran capacidad de adaptación”, concluye Rodríguez.
Durante el periodo de confinamiento, más personas adoptarán el comercio electrónico, de manera que, con el tiempo, se habrán roto y superado las barreras que hasta la fecha limitaban este tipo de transacciones. Una vez pasada la crisis sanitaria en el mundo, los usuarios serán más propensos a comprar en línea.