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En busca del rostro feliz de los niños
Arturo Padilla
Lunes-29-Julio-2019
El labio leporino y paladar hendido, padecimiento al que apenas se pone atención en México, requiere de varios tratamientos y un servicio multidisciplinario para su manejo y cura.
Es una afectación congénita común. De cada 800 niños, uno nacerá con esta malformación, y enfrentamos un rezago importante en su tratamiento, porque hay cerca de 150 mil pacientes por operarse en nuestro país.
Para enfrentar este reto, el Dr. Gonzalo Milán Gil, cirujano pediatra egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Guadalajara, creó el programa Sonrisa Feliz, cuya finalidad es reconstruir el rostro de niños que sufren este padecimiento en México.
El proyecto ofrece un tratamiento integral, y es un programa gratuito apoyado por una fundación norteamericana y por empresarios altruistas de diferentes estados.
“Los niños que nacen con este padecimiento necesitan cuatro intervenciones quirúrgicas y un manejo multidisciplinario que sólo una clínica puede ofrecer. Sin embargo, existen pocas clínicas que ofrecen el servicio; por ello, nuestro proyecto promueve este servicio integral”, dijo.
Desde hace más de 36 años, Sonrisa Feliz ha atendido a más de ocho mil niños de todo nuestro país y parte de Centro y Sudamérica. “El programa nació como parte de mi formación como médico en la UAG; ahí se fortalecieron mis valores y mi convicción de estudiar, y a la vez regresar algo a la sociedad”, señaló el egresado.
Oriundo de Culiacán, Sinaloa, y perteneciente a la generación 1972 de la Facultad de Medicina, el Dr. Milán Gil obtuvo una beca para estudiar su carrera, y recuerda este hecho con cariño y agradecimiento por todo lo que aprendió y vivió en esta institución, a la que considera su segundo hogar.
“La UAG me permitió convivir y estudiar al lado de médicos de prestigio nacional e internacional, me hizo entender la responsabilidad que implica ser un egresado de esta universidad. Seguí su ejemplo, y en Sinaloa compartí sus valores, y hago lo mejor lo que puedo para ayudar a otros”, afirmó.
Se especializó en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, y en todos los foros a los que asiste se llena de gusto cuando mencionan que es egresado de la Autónoma. “Esta universidad es mi segundo hogar. Tengo 67 años, esposa y dos hijos; uno es egresado de la UAG, de Diseño Industrial, y otro es abogado”.
Recuerda de su época estudiantil no sólo el estudio, también a los amigos y las bromas que se jugaban entre ellos. “Un alumno de nuevo ingreso quería hacer un estudio de laboratorio con un producto químico; le dijimos como broma que debía llevar un litro, lo cual era algo muy exagerado. Cuando llegó al laboratorio con su bote de a litro, nos moríamos de risa al ver la cara que puso con la broma”, recuerda.
Sin embargo, su trabajo lo toma con toda seriedad, lo que le ha permitido obtener innumerables reconocimientos a lo largo de su vida profesional, entre ellos el Premio Nacional del Voluntariado que le entregó el entonces presidente Vicente Fox.
También recibió el Premio Nacional de Pediatría Ixtlitón de Oro y el Premio Federico Gómez, así como la distinción al Primer Profesional del Año Sinaloa y como Benefactor Sinaloense de la Junta de Asistencia Privada. El Ayuntamiento de Culiacán lo designó Ciudadano Distinguido, y en la UAG recibió la presea al Egresado Distinguido.
Dos calles en su estado llevan su nombre, una en Culiacán y otra en Costa Rica, Sinaloa; también se le dedicó una edición conmemorativa de la Lotería Nacional y ha sido entrevistado por medios internacionales. En 2011 le otorgaron un premio en Alemania y fue nombrado Cirujano del Año en el Hospital infantil de México.
A su lista de reconocimientos se sumó recientemente el de Ciudadano del Año que otorga Fundación Azteca, de Grupo Salinas. Esta distinción se le entregó en un acto académico celebrado en las Instalaciones de ÚNICO Universidad, de la UAG.
VOCACIÓN
“Ser médico es una mezcla de calor humano, vocación, pragmatismo y servicio. No se trata de dinero; el medico se debe a la sociedad. La mayor satisfacción, para mí, es que los pacientes que atiendo regresen sanos y salvos con sus familiares. Mi mayor satisfacción es cambiar la vida del paciente y su familia”. Dr. Gonzalo Milán Gil.