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Hermanas Aguilar Barraza

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Hermanas, Arquitectas y exitosas empresarias

Arturo Padilla

Jueves-09-Mayo-2019

La Arq. María Aguilar Barraza y su hermana, también arquitecta, Virginia Aguilar Barraza comparten muchas cosas además de los lazos fraternales: tienen una historia de éxito profesional que se inició en la Universidad Autónoma de Guadalajara.

María egresó con la generación 1983-1987, y Virginia con la generación 1991-1995. Hoy son directivas de Atmósfera Corporativa, S.A. de C.V., empresa dedicada a distribuir mobiliario de oficina de prestigiosas marcas; la firma es pionera en el estado como empresa sustentable, al conseguir el nivel plata en la certificación internacional Leadership in Energy & Environmental Design (LEED) en abril de 2012. María es directora general, y Virginia es directora comercial.

“Al terminar mis estudios trabajé como freelancer, primero con mi familia; mi primer proyecto fue construir la casa de mis padres. Luego descubrí que quería una oficina bonita, y lo conseguí”, comenta María. Cierto día vio en el periódico un anuncio donde solicitaban arquitectos con facilidad de palabra, inglés, buena presentación y automóvil propio. Acudió, y la empresa Herman Miller (multinacional dedicada a la venta de muebles para oficina) la contrató al siguiente día de su entrevista de trabajo. “Yo no sabía de ventas, pero me gustó tanto la empresa que tomé el empleo”.

Se inició en el área de promoción, y dos meses después escaló a ejecutiva de ventas. Un par de años después ya era gerente comercial, y enseguida, gerente regional. “Estuve a cargo de la empresa aquí durante doce años, y me enamoré de esta actividad. Los muebles se vendían como proyectos de oficina, debíamos asesorar a los clientes y saber elaborar proyectos integrales. En 2002, Herman Miller cerró sus oficinas y comenzó a trabajar con base en distribuidores; me ofrecieron ser uno de esos distribuidores y en ese momento nació Atmósfera”, comentó María.

Actualmente tiene 16 años de ser directora general de la empresa; han sido los más satisfactorios de su vida profesional. “El trabajo, si lo amas, te dará muchas satisfacciones; ésa es una de las fórmulas del éxito; creo que el éxito consiste en lograr lo que te has imaginado hacer y lo que soñaste. Hay que tener pasión por lo que haces, y yo he disfrutado mi trabajo desde el primer día”.

Su trabajo le permite viajar y disfrutar la vida. Sobre la formación de los jóvenes para la vida profesional, considera que lo primordial es rescatar los valores personales y sociales. “Un buen arquitecto, diseñador y emprendedor se hace exitoso al ser responsable y perseverante; debe dar un buen servicio al cliente, ser constante, sabe escuchar, es empático, y todo eso conjugado con equilibrio emocional y físico”, opina la arquitecta María Aguilar Barraza.

MADRE Y DIRECTIVA

La historia de Virginia es un poco diferente. Ella nació en Mazatlán, y por el trabajo de su padre llegó a Jalisco. Desde la primaria estudió en los sistemas educativos de la UAG.

Sus primeras actividades laborales las desempeñó en Banca Promex, en el área de mobiliario e interiorismo; luego, como freelancer, se dedicó a la venta de mobiliario y diseño de interiores, remodeló casas, oficinas y despachos ejecutivos, y vendió alfombras modulares.

Cuando nació Atmosfera, su hermana María la invitó a trabajar con ella. “Tengo dos hijas, una de 14 años y otra de 7, que tiene síndrome de Down; eso provocó un cambio en mi vida. Mi bebé me ha impulsado a dejar huella en el mundo, y para ello intento ayudar a otros padres que tienen hijos con discapacidad; ayudo a esos papás para que no sufran la ignorancia y falta de información que padecimos mi esposo y yo en su momento”, comenta Virginia. “Debes preguntarte, plantearte con tu pareja qué pasa si quedas discapacitado, si mueres, si pierdes tu trabajo, si uno gana más que el otro, quién aporta y cómo nacerán tus hijos, y qué harán en caso de que las cosas no salgan como lo planeaste”.

La directora comercial de Atmósfera cuenta su experiencia y aseguró que el éxito es “hacer lo que me gusta hacer. Soy exitosa porque me gusta lo que hago; tengo una familia amorosa, ayudo a muchas personas y a la vez me ayudan. Ser feliz es ayudar y servir”.

Finalmente, Virginia también da un mensaje a los estudiantes: “Nunca se detengan, que nadie te diga ‘no se puede hacer’. Sueñen en grande, trabajen para lograr su sueño todos los días. Pongan sus proyectos en manos de Dios. Valoren su carrera, porque su trabajo cambiará vidas. En la escuela nos decían que los errores de un doctor se entierran, los del abogado se archivan, los del arquitecto quedan para la posteridad. Todo mundo los verá. Tenemos una gran responsabilidad para cambiar el entorno y el ambiente”.

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