Nuestra Gente
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Una vida en las relaciones públicas y el protocolo
Alfredo Arnold
Martes-19-Marzo-2019
En 1992 se integró laboralmente a la Universidad Autónoma de Guadalajara con la misión de diseñar y poner en marcha “un protocolo nuevo que distinga a la UAG”. Desde años atrás ya estaba ligada informalmente a la institución, por parte del Consulado de Panamá donde su esposo atendía asuntos concernientes a los jóvenes de ese país que estudiaban en la UAG, y porque sus dos hijos estaban inscritos en la primaria Antonio Caso.
“Poco a poco me fui metiendo en la historia de la UAG”, comenta la señora Nedelka Escala Pacheco, panameña radicada en México desde hace 48 años. La invitación para unirse a la Autónoma la recibió de la señora Rosalía del Castillo de Leaño, entonces directora de Comunicación Universitaria (DCD), con quien coincidía frecuentemente cuando iban a recoger a sus niños en la primaria.
Se tomó muy en serio el reto de crear “un protocolo nuevo” para una institución que en ese tiempo ya estaba plenamente consolidada y gozaba de un gran prestigio en México y en el extranjero, ni más ni menos que 57 años de ser la primera universidad particular de México, “tenía claro que no iba a inventar el hilo negro”. Lo primero que hizo fue platicar con personajes institucionales como como el licenciado Guillermo Hernández Ornelas, el doctor Carlos Pérez Vizcaíno, el licenciado Humberto López Delgadillo, don Aurelio Cortés Díaz y don José de Jesús Mejía.
Pensó que, para cumplir su encargo, era imprescindible conocer a fondo la institución para la que iba a trabajar. Así nació el “Manual de protocolo” que aplica en las ceremonias académicas más representativas de nuestra universidad.
Camino al mundo diplomático
La infancia de Nedelka transcurrió feliz en su pueblo natal, La Chorrera, que hoy es la capital de la Provincia de Panamá Oeste. De buena familia con orígenes catalanes, franceses y criollos, desde sus primeros años descubrió el gusto por la lectura. “Mis libros han sido mis compañeros, leo de todo”, incluso encuentra muy interesantes los prólogos y las páginas dedicadas a la presentación de la obra.
De niña y adolescente practicó el deporte: atletismo, basquetbol, voleibol, fue campeona nacional de lanzamiento de disco, hasta que un soplo cardiaco puso fin a su intensa actividad física. Se concentró en el estudio.
Sus padres la enviaron a la ciudad de Panamá, al internado “Isabel Herrera de Obaldía” del que guarda un recuerdo especial porque “ahí aprendí el respeto al deber”. Practicaba el teatro, la declamación, estuvo en el coro, era una líder nata, inquieta, organizadora y también hizo más de alguna travesura que le valieron penitencias que aún recuerda, como desenterrar piedras del patio de la escuela. Formó parte, en preparatoria, de la llamada “Generación del canal” que en 1964 hizo las primeras manifestaciones para que el Canal de Panamá se entregara a este país, hecho que se concretó en 1999.
Ingresó a la Licenciatura de Economía en la Universidad de Panamá, no tardó en descubrir que eso no era lo suyo. Coincidió que se abría la Licenciatura en Servicio Diplomático y Consular y no lo pensó dos veces para cambiar de carrera.
Tenía 20 años, trabajaba como asistente de contador al mismo tiempo que estudiaba, cuando le presentaron a Gilbert Solís Hernández, un señor costarricense, algo mayor que ella, quien se desempeñaba como agregado comercial de su país en Panamá. “¡Fue un flechazo!”, recuerda, no dudó en convertirse en su esposa.
Vivieron un tiempo en Venezuela y el siguiente destino fue México. La pareja llegó en 1970, en pleno Mundial de Futbol, ella venía embarazada por lo que su primer hijo, Juan Manuel nació en el Distrito Federal y el segundo, Juan Gilbert, en Guadalajara. Ambos son ahora profesionistas egresados de la UAG.
Al poco tiempo de estar en la Ciudad de México se abrió el Consulado General de Panamá en Guadalajara y se trasladaron a esta ciudad. Además de diplomático, su esposo Gilbert Solís, fallecido en el año 2000 también representaba a la compañía editorial Grolier, es decir, Nedelka estaba literalmente rodeada de libros.
Y ahora, a la educación
Durante un tiempo, Nedelka trabajó en un programa educativo lanzado por Disney y Grolier, no tuvo inconveniente en comenzar como vendedora y luego promotora en su meta de alcanzar la gerencia. En eso estaba, cuando recibió, con el apoyo de la UAG, una beca para cursar un diplomado de protocolo y relaciones públicas en Andalucía, España.
Finalmente se integró de tiempo completo a la UAG. Se mantuvo activa en la promoción de las relaciones públicas y protocolo, imparte clases y conferencias, asiste a congresos internacionales, forma parte de asociaciones nacionales e internacionales, continúa leyendo, estudiando y se mantiene a la vanguardia en este campo que le apasiona.
Es una mujer apasionada del golf por lo que juega con bastante regularidad. Recientemente, a raíz de una reestructura organizacional, pasó al área de Vinculación y luego recibió el encargo de “Cuenta Conmigo. Comité de Damas”, donde se desempeña actualmente. Su oficina está en las instalaciones de ÚNICO.
“Cuando conocí a doña Paz (esposa de don Antonio Leaño Álvarez del Castillo y fundadora del Comité de Damas), jamás me imaginé que yo pudiera llegar a este puesto que hoy ocupo. Ella realizó una tarea de incalculable valor en beneficio de los trabajadores, las trabajadoras y los jubilados de la universidad”, comentó a Alma Mater.
A cargo del Comité está la atención de las guarderías, los jubilados y los colaboradores de menos recursos. Así mismo, participa como miembro activo del Consejo Estatal para la Atención e Inclusión de Personas con Discapacidad, el Consejo para la Prevención de Adicciones y da asesoría en el problema del maltrato interfamiliar.
“¿Que por qué visto casi siempre de blanco? Es un gusto de toda la vida; cuando era niña lo que más me preocupaba era ensuciar mis vestidos blancos cuando salía a jugar”.
“Estoy muy contenta, feliz”, dice la señora Nedelka Escala Pacheco