Opinión
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Periodismo en la Universidad
Alfredo Arnold, académico de la UAG
Viernes-31-Enero-2020
A finales de la década de 1960, la creación de la Licenciatura en Periodismo en algunas universidades mexicanas provocó un gran cambio en el campo laboral de los medios informativos. No es que antes no hubiera periodistas de calidad, sino que la mayoría eran empíricos y algunos provenían de otras carreras. El periodista no tenía precisamente una imagen pública envidiable; por el contrario, salvo excepciones, se le consideraba más bien del tipo bohemio. No ocurría así en otros países, donde el periodismo alcanzó un alto grado de profesionalismo décadas atrás.
Las primeras generaciones de licenciados en Periodismo cambiaron de manera positiva el rostro de los periódicos y facilitaron la transición tecnológica que experimentó la industria en aquellos años. También elevaron el estatus social del periodista y propiciaron la llegada de la mujer a las redacciones.
Durante las últimas cinco décadas, la fuerza laboral más consistente de los medios informativos mexicanos se formó en las universidades. Y hoy en día, cuando los impresos y otros medios tradicionales están en crisis frente a la llegada avasalladora de los digitales, el aula es uno de los mejores lugares para analizar y dirigir correctamente los cambios hacia el periodismo del futuro. Es posible que algunos medios sigan perdiendo presencia, pero la acción de informar a las masas no va a desaparecer; al contrario, será cada vez más importante y necesaria.
Las universidades constituyen también un espacio singular para el ejercicio periodístico, que en el caso de los estudiantes se traduce en valiosas prácticas profesionales. Ahí acuden conferencistas y personalidades de alto nivel; se generan novedades científicas y tecnológicas en sus laboratorios; cuentan con equipos deportivos y grupos culturales; disponen de profesores que son especialistas en una gran variedad de temas; están en contacto directo con profesores y estudiantes que participan en eventos relevantes en otros países… en fin, constituyen un pequeño mundo donde pueden obtenerse noticias, entrevistas, reportajes y artículos de opinión no sólo de interés general, sino también exclusivos.
Así mismo, grupos de distintas carreras pueden colaborar en forma interdisciplinaria en la generación de textos, gráficos, diseños editoriales e incluso en modelos de negocio para formar unidades productivas.
Cerramos este comentario con una cita de Esther Wojcicki, creadora del modelo Moonshot, en Palo Alto, California, quien sostiene que “una de las habilidades más importantes que pueden enseñarse a cualquier joven es el periodismo. ¿Por qué? Si los jóvenes crean revistas, sitios web o apps sobre los temas que les apasionan, aprenderán no sólo a investigar a fondo, a reconocer las noticias falsas de las reales y a disciplinarse con el trabajo en equipo y los tiempos de entrega, sino también a tomar partido por causas que pueden tener un impacto positivo en las comunidades”.
El tema es amplio. Volveremos a él.