Opinión UAG
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Proyectos de intervención
María Elena Romo Limón, Doctra en Educación
Viernes-26-Julio-2019
En lo cotidiano, el docente enfrenta escenarios problemáticos o susceptibles de mejora que él trata de solucionar de manera empírica. Estos escenarios pueden estar relacionados con el ambiente en el aula, con el aprovechamiento académico, con las prácticas pedagógicas o con la implementación de innovaciones que desea poner a prueba.
Generalmente, el docente aplica (bien sea antes del inicio de las clases o durante éstas) los ajustes necesarios para que su cátedra tenga los resultados esperados; sin embargo, no siempre estos resultados derivan en situaciones favorables, porque se requiere una intervención formal a través de un proyecto viable; en otras palabras, se requiere un proyecto de intervención.
El proyecto de intervención es un conjunto de acciones que tiene como fases fundamentales un diagnóstico, un plan de mejora basado en el diagnóstico, la implementación del plan y la evaluación de los resultados.
El proyecto de intervención no es la panacea para la solución de todos los problemas que se suscitan en las instituciones escolares, pero constituye una manera fundamentada, estructurada y confiable para proceder.
En la fase diagnóstica el docente emprende un análisis situacional en el que describe con detalle el contexto escolar e identifica las causas y los efectos del problema o de la situación de mejora, aplicando técnicas administrativas o de investigación. Éstas pueden ser, de acuerdo con las necesidades de cada caso, la encuesta, la entrevista, la obtención de datos duros, el análisis FODA y el diseño de diagramas como el de Ishikawa (espina de pescado) y el árbol de problemas. Lo anterior provee información confiable que permitirá seguir un curso de acción más certero.
La fase de plan de mejora se fundamenta en la información arrojada en el diagnóstico y consiste en una propuesta formal expresada en un plan de acción detallado. Si es necesario, se generan procesos y se presentan de forma descriptiva y a través de flujogramas.
Durante la fase de la ejecución se implementan las soluciones propuestas en el plan y se hacen los ajustes necesarios de acuerdo con los escenarios y los imprevistos que pudiesen surgir.
Como todo proceso, el proyecto de intervención requiere una fase de evaluación de resultados; para ello se diseñan y se aplican técnicas de recolección de datos e instrumentos adecuados para lo que se desea medir, y se formulan sugerencias para proyectos futuros.
Realizar un proyecto de intervención en situaciones escolares es en apariencia un proceso complejo y largo; sin embargo, es fructuoso y garantiza que las decisiones se han tomado con base en información fehaciente.
El proyecto de intervención puede desarrollarse de manera colegiada, y el plan aplicarse en situaciones similares, aplicando las debidas adaptaciones. Documentar el proceso podría representar también un repositorio de información de buenas prácticas pedagógicas para enriquecer el capital intelectual de las instituciones educativas.